Mi intención con esta obra es la de mostrar que la salud mental de un solo individuo es un asunto colectivo, en el que todos debemos apoyarnos y ayudarnos entre nosotros. Las enfermedades mentales a menudo se sufren en silencio y en soledad, esta es una ilustración que pretende reinvindicar la salud mental como un problema social en el que todos debemos participar. Para representar la mente he utilizado una bola de cristal llena de grietas que están tapadas con oro, basado en la técnica kintsugi, donde las roturas y reparaciones del objeto pasan a ser la historia del mismo y por lo tanto les confiere un valor especial. El niño dentro de la bola es nuestro yo infantil, la parte más vulnerable de nuestra psique donde se suelen acumular los traumas y las manos que sujetan la bola somos todos nosotros, intentando mantener a salvo a aquellos que se han quedado capturados en su propia mente.
Maruxa Nogueiras Álvarez