La obra que presento es una interpretación de la identidad en la era digital.
He querido tratar una tendencia que no parece problemática a primera vista, pero que nos está destruyendo como sociedad y como individuos; el Selfie.
En el trabajo que presento, hago referencia al rostro (selfie) como necesidad de demostrar que existimos en un mundo que está abandonando la esfera de lo físico. Reproducirnos a nosotros mismos se ha convertido en una adicción que alivia y potencia el sentimiento de vacío interior. Los personajes de esta obra tratan de aferrarse a un lugar que va deshaciéndose y pese a su lucha, éste los disuelve con él.